La capacidad para utilizar los números de manera efectiva y de razonar adecuadamente empleando el pensamiento lógico se manifiesta cuando trabajamos con conceptos abstractos o argumentaciones de carácter complejo. No solo es fundamental para los científicos, también para la filosofía: nos ayuda en el razonamiento numérico, comprensión y resolución de problemas, a realizar esquemas y relaciones lógicas, junto a las funciones y otras abstracciones relacionadas.